La primavera ha llegado y ya empezamos a notar como sube la temperatura.
Hemos entrado en una nueva estación, un nuevo ciclo vital. Observaremos como los días se harán cada vez más largos, más claridad, más luz, el sol estará cada vez más y más cerca, y esto nos aporta vitalidad y acción. La primavera es una época de renovación y nacimiento; inicio y expansión.
Pero necesitamos desprendernos de todo aquello que no necesitamos: la ropa oscura, los abrigos, los quilos que hemos ganado, entre otros… y empezar una nueva etapa más ligeros.
Es una buena época para renovar la energía del hogar y el trabajo, y no es casualidad que aprovechamos la primavera para pintar las paredes de casa o del negocio. Y aquí podemos seguir los principios del Feng Shui para mejorar nuestra vida y nuestra empresa. Porque cuando creamos espacios armónicos podemos mejorar en salud, vitalidad, relaciones más satisfactorias y en prosperidad. Y a pesar de que lo más importante es que nuestro entorno nos guste a cada uno de nosotros, el Feng Shui aconseja determinados colores para determinadas habitaciones y determinados objetivos.
Así, un dormitorio Feng Shui no tiene que tener colores demasiado estridentes ni tampoco demasiados fríos. Lo podemos pintar en color rosa, melocotón, amarillo y tierra, colores pastel y verde claro, pero no se aconseja el color rojo, el negro, el gris oscuro. Si nos gustan estos colores podemos utilizarlos en otros elementos de la decoración, como por ejemplo cojines y otros objetos.
Un negocio sí puede tener colores fuertes para potenciar la prosperidad. En este caso el verde y el rojo en todas sus tonalidades nos ayudarán.
Los baños acostumbran a ser muy blancos o azules. Estos colores hacen bajar mucho la energía de aquella área y por lo tanto necesitaremos subirla sea como fuere. Si se puede pintar alguna parte bien, y si no, jugaremos con las toallas, el color del jabón y otros complementos. Los colores más adecuados son el verde, amarillo y naranja.
Y lo más importante: ¡pon tu creatividad en acción!
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