Regla básica del Feng Shui clásico es que es preferible un jardín rectangular o cuadrado. Si tiene forma triangular, se pueden plantar árboles o arbustos para cortar los ángulos y hacerlo parecer cuadrado. El sector detrás de los árboles se puede arreglar como un espacio privado para meditar, colgar hamacas o cultivar un huerto por ejemplo. Si el jardín parece tener una forma irregular de sobra, es recomendable dar la sensación de que es un espacio separado con una función propia.
Uno de los objetivos del jardín en Feng Shui es difuminar la energía negativa creada por los ángulos que están dirigidos hacia la casa. No se trata de las hojas en punta de algunas plantas (la naturaleza creó ese tipo de hojas para que el agua pudiera caer de éstas y son beneficiosas para las demás plantas), sino que de los ángulos hechos por el hombre, como las esquinas de alguna casa vecina o el garage. Demasiados ángulos dirigidos a la entrada de una casa contribuyen a dar una sensación contraria a la de bienvenida, por lo que es conveniente bloquear cualquier ángulo notorio con un arbusto o árbol. Para el Feng Shui New Age (ver recuadro) las espinas caen en la categoría de ángulo y son consideradas indeseadas. Pero de acuerdo al Feng Shui clásico, todo depende de la percepción personal del dueño del jardín. Para muchos sería una desgracia desenterrar un jardín de rosas bien cuidado. Y colocados debajo de una ventana, los matorrales decorativos con espinas podrían desincentivar que entren ladrones.
Las especies de la naturaleza son irregulares, por lo tanto corresponde mantener diversidad de plantas, floraciones en distintas épocas y podas también irregulares.
Si el jardín es monótono, no se sentirá confortable, y un jardín en que todas las plantas están recortadas a la misma altura se percibe como poco natural. En la naturaleza no existe la perfección y empeñarse en controlarla es embarcarse en una batalla perdida. La energía de la naturaleza se modifica a través del año y de un año a otro, y sería iluso pensar que podemos manejarla. Más inteligente, resulta trabajar con ella. En este sentido, el buen Feng Shui consiste en tener plantas y árboles que broten y florezcan en estaciones distintas, para que siempre haya algo bello en el jardín.
El Feng Shui clásico parte de la base de que hay una mezcla de buenas y malas energías – el yin y el yang, que el ser humano puede aprovechar si aprende a balancearlos. El tiempo que toman los remedios en surtir efecto, ya sea adentro o afuera de la casa, varía pero siempre se hace sentir. Es como un tren: tiene que ir más lento, detenerse, y recién después de eso puede partir en la dirección opuesta.
COLORES EN EL JARDIN
Algunas personas leen un libro de Feng Shui y dicen “cinco elementos, necesito tener un poco de cada uno en cada zona de mi jardín”, y buscan flores y plantas de los colores asociados a cada uno. Pero no es así como funcionan las cosas. No existe el color adecuado para todos porque depende de la energía de cada casa. Una de las numerosas consideraciones para remediar el qi es la orientación cardinal de la construcción. Por ejemplo, si la casa “mira” hacia el norte y está “sentada” en el sur, se trata de una casa Li, que corresponde al elemento de fuego. Una casa así estaría bien apoyada por muchas flores rojas, pero no se beneficiaría de tonos azules.
Una casa que está sentada en el oeste y mira hacia el este (Tui, del elemento metal), estaría bien apoyada por flores blancas. En ese caso habría que evitar rojos y morados. Estas son reglas generales y sólo un detalle en el análisis completo que hace el Feng Shui clásico, pero ayudan a apoyar a la casa y sus ocupantes. Sin hacer una lectura de las energías, no es conveniente recomendar qué color de flores usar para acentuar positivamente una casa. En términos generales, basta con que sean colores que le gustan al dueño del jardín y que se complementen de acuerdo al ciclo de los cinco elementos. La madera está representada por el color verde, el fuego por rojo, morado y rosados, la tierra por café, beige y amarillo, el metal por blanco, plateado o dorado, el agua por azul o negro.
FENG SHUI CLASICO Y NEW AGE
Actualmente existen dos tipos de Feng Shui que en la práctica no tienen mucho más en común que el nombre: el Feng Shui clásico, en que está basado este artículo, y el Feng Shui Black Hat (gorro negro) o New Age.
El primero data de antes del invento del papel, y era una disciplina celosamente protegida en la antigua China, que se usaba para asegurar la buena salud, fortuna y poder en la corte de las dinastías. Los antiguos maestros de Feng Shui, que guardaban este conocimiento en secreto, eran respetables científicos y astrónomos que elegían a sus discípulos con mucho cuidado y rara vez enseñaban a extranjeros. Los maestros chinos estudiaban los fenómenos ambientales en la naturaleza e identificaban la ubicación más favorable para cada persona de acuerdo a su año de nacimiento y las energías de la construcción. Se usaban remedios de acuerdo a las reglas de los cinco elementos para remediar el qi de los hogares. Por ejemplo, se colgaban grandes espejos hechos de metal para suavizar y balancear ciertas energías que podían desgastar a los seres humanos. En ese caso, no es el hecho de tener un espejo lo que mejora el qi, sino el material del que está fabricado, o sea el metal. De acuerdo al Feng Shui clásico, todo el universo es diferente y está en constante cambio. La intervención del practicante no debiera incluir ningún sistema de creencias ni ceremonias de bendición, y los remedios deben estar basados en los materiales de los cinco elementos, y no en símbolos. Si los remedios son colocados en el lugar adecuado, van a tener un efecto.
La versión New Age fue fundada por Thomas Lin Yun en 1986. Es el líder de la Secta Tibetana de Budismo Tántrico, que conduce ceremonias de bendición y enseña un Feng Shui de carácter intuitivo. Thomas Lin Yun popularizó el Pa Kua en Estados Unidos, un espejo de ocho lados que asigna un aspecto de la vida a cada dirección. Cada ambiente es dividido de acuerdo a este esquema, y los ocupantes de la casa u oficina pueden acentuar los aspectos que son importantes para ellos con objetos que les resultan significativos; por ejemplo las fotos de la boda en el sector de relaciones, un objeto de valor o alcancía con espejo (para dar la sensación de incremento) en el rincón de la prosperidad. De esta manera, esta escuela simplifica el Feng Shui en una fórmula fácil de entender y común para todos, no porque resulte más efectiva, sino porque es mucho más fácil de promover como producto.
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