Feng Shui significa en chino "Viento y Agua" (Feng es viento, Shui es agua). Son los elementos de las fuerzas del cielo y la tierra; por tanto la energía que se mueve es favorable y la estancada es negativa.
El Feng Shui considera que todo lo que nos rodea está constituido por energía o Qi (pronúnciese Chi). Su técnica analiza e interpreta el flujo de dicha energía en los espacios en relación con sus usuarios, para crear un ambiente equilibrado y próspero.
A través del Feng Shui, logramos que la energía vital circule por el ambiente que habitamos y así podamos evitar perdidas, bloqueos o estancamientos. Debemos tener en cuenta que, como el Feng Shui abarca todos los aspectos de nuestra vida: salud, amor, finanzas, viajes, trabajo, familia, creatividad y relaciones interpersonales, dichos bloqueos de energía pueden afectar a cualquiera de estas áreas.
El Feng Shui nos enseña a comprender que la energía que circula por los lugares que ocupamos influye marcadamente en nosotros. Si está estancada hará que también se estanquen nuestros proyectos y si es fluida hará que experimentemos bienestar y alegría.
Los pueblos antiguos comprendían y respetaban el fluir de las energías en el mundo que los rodeaba. Por lo tanto construían viviendas y jardines que no afectaran el entorno, ni obstaculizaran el flujo de energía de la tierra, el agua y el aire.
Si observamos las áreas urbanas actuales, tanto en Oriente como en Occidente, podemos constatar que estos principios han sido ignorados. Estamos pagando el precio de este olvido con nuestra salud y nuestra paz interior. Hemos dejado atrás esta sabiduría ancestral que se ubica entre el arte y la ciencia. Estamos a tiempo de rescatar estos conocimientos aprovechando la energía del hábitat para mejorar nuestra calidad de vida. El Feng shui lo hace posible.
Para ello tiene en cuenta diversos elementos como la historia y el relieve del sitio, las formas, dimensiones, materiales y colores del edificio, los objetos presentes y la ubicación o distribución del equipamiento, las orientaciones, el asoleamiento, la influencia de las radiaciones telúricas y los campos electromagnéticos, entre otros aspectos.
El feng shui puede aplicarse concretamente a la arquitectura, la decoración, el paisajismo y hasta a nuestra forma de vida para armonizarla con el todo circundante y con nuestro interior.
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