Un estanque pequeño con nenúfares y papyrus, un grupo de árboles grandes (una araucaria y un par de algarrobos), una pequeña extensión de grama y un sector de huerta.
Un espejo de agua, romper con con la dureza de caminos rectos existentes, utilizar monocromías de especies mediterráneas, todo equilibrando los cinco elementos con colores, formas y materiales, después de haberle aplicado el bagua.
Rescatar un parral antiguo configurando un "parralet",en la casa de las relaciones para el encuentro con la comida y los amigos.
Y también un jazmín trepador blanco y oloroso, dándole de respaldo una pantalla metálica (color blanco).
La casa de la iluminación se cierra con una pantalla donde se lucirá una buganvilla roja, profusamente iluminada.
Ha quedado un jardín limpio, minimalista,de fácil manuntención, en contraposición o mejor dicho compensando con la casa que es pesada, sólida, de piedra y cerrada como la mayoría de las casas mallorquinas del campo de hace doscientos años.
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