Shinto significa "vía de los Kami" y es el nombre de la religión original nativa del Japón. Incluye la adoración de los espíritus de la naturaleza. Los kami son conocidos como espíritus o genios de un lugar en particular, pero otros representan objetos naturales mayores como el Sol. En Japón, quienes la practican contemplan la naturaleza desde los jardines. El jardinero o creador tiene la misma consideración que un arquitecto. De allí que para crear un jardín se necesite no solo amor por la naturaleza sino también respeto, dedicación y búsqueda de la perfección dentro de ese arte.
EMBLEMAS SHINTOÍSTAS
Jardines panorámicos. Conformados por agua, rocas y plantas, se les otorgan cualidades de seres vivos. Son construidos por el hombre dándoles formas perfectas y ornamentales que honran a la naturaleza.
Jardín Zen. De influencia Zen, están constituidos por arena, gravilla, piedra y un toque de vegetación. Provocan la meditación, pues son evocadores del todo.
El Ikebana. Consta de composiciones florales elaboradas con ramas y flores de todo tipo, pequeñas piedras y agua. El Ikebana es un camino de introspección y meditación interior.
El Suiseki. Arte de la selección y contemplación de piedras de pequeño tamaño formadas para evocar los elementos de la naturaleza. La piedra debe ser regada y limpiada para darle brillo.
El fin del jardín japonés es recrear la imagen de la naturaleza, bien sea con un aspecto espontáneo creando un jardín panorámico, bien sea en su propia esencia, realizando jardines Zen o buscando la introspección construyendo ikebanas o suisekis. El shintoísmo busca reproducir la quintaesencia de la naturaleza con los mínimos elementos. Hace gala de una grandiosa premisa: "Deja que los elementos cumplan sus deseos". En la técnica sakkei del diseño del jardín se integra la naturaleza del entorno. Con ello estas construcciones no son sino continuación de la naturaleza real.
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